Es muy fácil desconectarnos de nuestro ser interior, cuando hay demasiado ruido externo, sobre todo en tiempos difíciles como los actuales. “Qué pasará con mi trabajo” “cómo estaré cuando todo esto acabe” “y si me enfermo” “cómo sacaré adelante mis proyectos” “cómo podré ser productiva”. Para volver a conectar con nuestra sabiduría interior es necesario el silencio. Desde ese lugar de recogimiento, podemos entender los retos como una oportunidad de crecimiento y aceptar la perfección de la vida, sus ciclos y sus tiempos.

Te invito a dedicar de cinco a diez minutos diarios haciendo esta pequeña meditación. Con los días irás encontrando esas respuestas que nunca estarán en el mundo exterior en el que tanto buscamos.

Meditación para centrar tu energía

 

Adopta una postura cómoda, sentado y con tu espalda recta. Cierra los ojos y respira profundo tres veces. Mientras lo haces, pronuncia mentalmente tu nombre, permitiendo que toda tu atención se centre en ti y trayendo toda tu conciencia a este momento. Imagina que cada una de tus siguientes inhalaciones recorre tu cuerpo, tu cerebro y tu corazón, y que con cada exhalación, liberas toda la tensión física, los pensamientos distractores y las emociones perturbadoras. Mientras exhalas, repite mentalmente: “ Suelto y libero mis tensiones físicas, mentales y emocionales”. Permanece inhalando y exhalando por unos minutos y observa que tu respiración se hace más profunda. Te vas sintiendo más presente, más relajado.

 

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