El comienzo

Todo comenzó un día después de amamantar a mi segundo bebé, sentí algo extraño en mi seno derecho, enseguida descarté cualquier posibilidad de que se tratará de algo malo; llevo una vida bastante saludable, hago ejercicios, trato de cuidar mi entorno emocional y espiritual, mantengo una relación matrimonial estable… tengo 33 años y por Dios!, acababa de tener un bebé  y estaba dando lactancia materna exclusiva! Jamás pensé que algo así me pudiese ocurrir a mí. Al primero que le dije fue a mi esposo, me dijo que podría estar relacionado con la lactancia, sin embargo, 15 días después fuimos al médico y ahí empezó toda esta odisea, a pesar de que todo se confirmaba con los resultados de la biopsia, sospeché lo peor desde la ecografía, sentí una sensación extraña en mí que me decía que tenía que estar preparada para lo peor…tal vez por eso cuando recibí la noticia: Carcinoma ductual infiltrante de mama derecha grado ||\|||, con compromiso metastásico de ganglio derecho, no me tomó con tanta sorpresa. Fuerte? Sí! Pensé en mis bebés, en como cambiaría mi vida, ¿qué tal si estaba en otras partes del cuerpo?¿perdería parte de mí?¿cómo reaccionarían mis padres?…. fue un sinfín de preguntas que me tomó varios días en asimilarlo, obvio me cuestionaba, ¿qué había pasado en mi vida? ¿qué me llevaba a enfrentar esta terrible enfermedad a tan corta edad?, empezando una vida familiar y con muchos proyectos por empezar en el 2017.

Después de un par de días ya estaba contagiada del positivismo de mi esposo y del apoyo de mis papás y hermanos, que hasta ese momento eran los únicos que lo sabían. Me prometí no enfrascarme en la enfermedad si no en mandarle mensajes a mi cuerpo y a mi mente de que saldría adelante, que estaba sana y que todo tendría un final bueno y prometedor, que iba estar bien y recordé unas palabras que siempre pasan por mi mente en momentos de debilidad: “Te mando a que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque  Jehová, tu Dios, estará contigo en dondequiera que vayas” y desde ese momento enfrento todo con valentía, a pesar de los miedos a las inyecciones, a los médicos, a los hospitales, a nunca haber estado enferma ni siquiera de una gripa.

Fue así como arranque todo esta aventura  de exámenes, tac, tomogafías, resonancias… y gracias a Dios, los resultados todos fueron positivos: el cáncer estaba localizado, ahora faltaba definir tratamiento…no les puedo negar que guardaba la esperanza de que no implicara quimioterapia… Continuará >>>

TIPS:

  1. El poder de la mente es poderosa: todos los días manden mensaje de sanidad a su cuerpo y mente, estén tranquilos y serenos, recuerda: TU CUERPO CREE LO QUE TU MENTE LE DICE! Después de mi primera sesión, el tumor se redujo en un 50%!, contra cualquier pronóstico medico!
  2. Cuando lleguen pensamientos negativos, repitan este mantra: PERDÓN, GRACIAS, TE AMO!
  3. Nunca den por sentado su salud, escuchen a su cuerpo, háganse chequeos periódicos  y cualquier duda, por más pequeña que tengan de algo relacionado con su salud, consúltenla con su médico!

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