Montaña Rusa…

Estamos aquí, en la habitación 542 de la clínica. El gordo, que acaba de cumplir 6 meses, pero que parece de 10, estuvo 4 días hospitalizado con una bronquiolitis. Gracias a Dios ya está bien y solo estamos esperando la salida.

Como ven, la vida a veces nos pone frente a un remolino de cosas que suceden “todas juntas al mismo tiempo”, tal cual, una montaña rusa… a veces podemos disfrutar de una tranquilidad que puede llegar incluso a ser abrumadora, sin mayores acontecimientos, en una rutina tal que la misma esencia humana nos lleva a buscar algún tipo de drama, porque en ocasiones son más los problemas creados que los reales. Hay veces donde la vida nos pone en muchas situaciones extremas, con cambios repentinos, que ni siquiera nos da tiempo de asimilar y analizar todo lo que pasamos. Si algo me he enseñado este momento que estoy viviendo, porque no quiero ponerle más nombres que ese, es estar atenta a todo y vivir el AHORA! Hoy en día escucho cosas que antes no escuchaba y me detengo a contemplar cosas que antes eran totalmente insignificantes, puede  parecer algo irreal, pero he aprendido a ser feliz en medio de la prueba… tal vez lo que les estoy diciendo parece un fragmento sacado de un libro de Paulo Cohelo, pero es mi REALIDAD y saben?, no la cambiaría por nada, absolutamente nada. Hace unos días, me encontré aquí en esta misma habitación y mientras le daba tetero a mi gordo, mi princesa, con su pinta dominguera y su tapabocas, estaba tirada en el piso con su papá armando un rompecabezas… y si, tal vez hubiese deseado poder estar con ellos en otro lugar, quizás un parque o almorzando algo rico en un restaurante… pero no, ese era el momento perfecto porque estábamos ahí, juntos, más unidos que nunca! Acaso, ¿qué puede ser más importante que eso?

La segunda quimio fue un poco más dura, tengo que confesar que vinieron pensamientos desesperanzados, que sentí algo de frustración, de miedo y tristeza, me pregunté: ¿ por qué a mí?, pero los días pasaron tan rápidos, que miro hacia atrás y siento satisfacción porque pasé la prueba, porque fui fuerte, porque ya me siento bien… porque así como en la quimio, los malestares pasan a los días, así es la vida: TODO PASA, NADA PERMANECE. Y aquí estoy, fuerte otra vez para MÍ, para mis hijos, para hacer todo lo que me gusta y disfruto hacer. Ya en pocos días me toca la tercera y tal vez sea igual o peor que la anterior, pero ya sé como enfrentarla, ya sé que todo pasará y  adivinen ¿dónde voy estar?, en otro lugar, con el mío, cultivando recuerdos, como nos gusta a él y a mí!

Mis lecciones aprendidas:

  1. Seguir al pie de la letra las recomendaciones del médico, por no seguirlas me costó una fuerte gastritis que me dejó varios kilos menos.
  2. Comer BIEN, siempre, siempre, siempre. No importa que pase después, hay que comer!
  3. La oración no debe tener descanso, la oración nos reconforta, nos hace fuerte, hace milagros. No debemos pensar que ya Dios conoce nuestras peticiones, hay que INSISTIR Y NUNCA DESISTIR. “Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré y ÉL oirá mi voz”  – Salmos 55: 16-19.
  4. Hay que sacar fuerzas para salir y hacer tu vida lo más normal posible, no hay nada que no pueda aliviar una buena conversación, con una buena compañía. A esas personitas que han estado ahí, GRACIAS, GRACIAS! Gracias por esa visita que me alegró ese sábado por la tarde, gracias por ese domingo en el café, gracias por ese jueves a las 5.30 a.m., no imaginas lo que significó ese momento tan lleno de paz, gracias por esas notas de voz que me hicieron tan feliz! MI CORAZÓN SIEMPRE CON USTEDES!

Comments

  1. Ana

    Amiga, tus palabras están llenas de fuerza y esperanza. Es increíble la buena energía que desprenden y no sólo para esta etapa que está pasando si no para muchas de la vida.. me ha hecho pararme a pensar en la esencia de la vida que muchas veces pasamos por alto. Me hace feliz leerte Mon!

Add A Comment