Stalkeando en mi corazón 

De los muchos cambios que mi vida ha experimentado desde mi diagnóstico ha sido darle un mayor valor a lo «esencial», pero ajá, ¿qué es lo esencial?, para mi, lo esencial es hacer todo aquello en lo que le rinda tributo ha algo que muchas veces subestimamos o subvaloramos y es el famoso «tiempo». Aunque paradójicamente estoy en unas cortas y obligadas «vacaciones» del mundo laboral, es cuando más sustancioso ha sido mi tiempo y cuando me he podido dedicar más a lo esencial. Mis días pasan rápido y de hecho son productivos, invocando siempre a la imaginación y creatividad para poder desarrollar todas esas ideas a las que yo misma me tengo que repetir: ¡NO son locas, son alcanzables!

De esas cosas que he venido haciendo en las últimas semanas es hacer un poco de detox de algunas cosas que le restan valor a lo esencial y entre esas cosas está: ¡el celular!, sí, así tal cual, ese aparato sin el que hoy no podemos vivir esta haciendo de las suyas con nuestras vidas e incluso con nuestra salud física y mental.

Más allá de todas las historias que nos cuentan de lo perjudicial que puede ser para nuestra salud el uso excesivo se este aparato electrónico, como por ejemplo dormir o conectarlo muy de cerca a nosotros, está por otro lado las redes sociales, ese mundo 2.0 que nos lleva en una carrera loca por querer impresionar a otros, agradar a otros, en pensar que valemos más entre más amigos tengamos en Facebook /Instagram o Twitter, en creer que importan más los likes de una foto que en realidad lo que se vivió cuando se captó ese momento, ¡NO!, no hagamos de nuestra vida una lucha interminable por pretender complacer y agradar a los demás porque lo único que vamos a lograr es una sola cosa: ¡FRUSTRACIÓN!

La vida es más simple y placentera cuando practicamos una cosa: ¡ACEPTAR, ACEPTARNOS! Aceptar que somos flacos o gorditos, que no somos buenos haciendo «x» cosa, que hay gente a la que no le vamos a caer bien, que son muchas las veces las que nos pueden decir no y/o rechazar, que no tenemos la familia perfecta, ni los amigos perfectos y que nosotros no somos perfectos, que a veces no se consigue lo que se quiere o la vida nos pone en lugares que no queremos; o cuando la vida sin pensarlo nos cambia todo, todas las fichas, todo el juego y tienes que enfrentar pérdidas, o por ejemplo una enfermedad.

Por eso es que viviendo en lo esencial he descubierto que la única aprobación que quiero recibir es la de Dios, que lejos de compararme con esa mujer de curvas perfectas y abdomen plano que vende hoy día las redes sociales, lo único que quiero es sentirme fuerte y saludable, por dentro y por fuera, tener energías para poder despertar todos los días y saber que tengo todas las capacidades físicas para ir en busca de mis sueños ( uff… no saben lo mucho que valoro eso que parece tan natural y normal como es el simple hecho de poder levantarnos) y obvio les miento si no les digo que quiero verme bien, pero sé que eso depende en gran parte, no de cómo me vea la gente, si no de cómo me sienta yo. Recuerdo la primera semana después de que «mi catalina» se convirtiera en mi gran compañera fiel, me llamó una amiga a decirme que iba a pasar el día conmigo, como aún no estaba muy familiarizada con «la cata» pensé: ¿todo el día con eso puesto en mi cabeza?, ¡no! Ella es una de esas personas con un sentido de la vida alucinante, me encanta escuchar sus historias y sobre todo como ve la vida, consigue lo que quiere porque sabe lo que tiene y aunque es muy bonita tiene todo menos vanidad, solo esa pequeña dosis que debemos tener todas las mujeres. Luego de unas horas de hablar y hablar porque cuando nos juntamos no paramos, le conté que «mi catalina» y yo nos estábamos conociendo y que había momentos que la relación se ponía tensa, recuerdo su cara de indignación y como me decía: «lo único que me interesa es pasar tiempo contigo, que estemos juntas, acompañarte». Entendí dos cosas: 1. la gente que te quiere de verdad solo te va recordar por una cosa, por cómo la haces sentir, 2. el verdadero sentido de la amistad esa que no juzga, no critica, no compara y más bien se reposa en el cariño sincero, en el bienestar del otro, en la sinergia, en la buena energía, por eso, es que no me interesa tampoco tener los miles de amigos en Facebook o Instragram, con tener pocas pero una amiga como tú, es de las cosas más grande que atesora mi corazón! Tampoco mi bandeja llena de mensajes en el correo o Whatsapp preguntando si estoy bien, no necesito más que palabras y mensajes sinceros que salgan del alma y lleguen directamente a mi corazón, no necesito mostrarle al mundo que tengo una familia perfecta y un marido perfecto y un matrimonio perfecto, porque la realidad es otra y es que la vida en pareja es todo menos perfecta, es de los retos más difíciles, construir una sólida y duradera relación y no depende más que de ti. Así que esa «foto ideal», es un instante nada más en la vida del otro, que también tendrá sus «ups&downs», prefiero valorar eso que tengo yo porque no hay mejor forma de atraer las cosas buenas que practicando la gratitud. 

Pero lo más valioso que he comprendido es que a eso a lo que hoy aún le tengo que llamar enfermedad se ha convertido en mi cura, en mi medicina, en mi sanación, porque de todas las cosas que me ha enseñado es que no podemos vivir en la mediocridad de no ser felices solo por complacer a los demás. Tengamos el coraje de decirle adiós a todo aquello que en lugar de sumar nos resta y vivamos cada día con la plenitud que se hace lo que nos nace en el corazón. Aprendamos a decir: «Pa’ la mierda!»

Hacer detox del celular se trata un poco de eso: descontaminarnos un día de todas las mentiras que nos venden las redes sociales y dedicarnos más a nosotros, a lo esencial. A veces nunca tenemos tiempo para nada, pero es mucho lo que pasamos solo «stalkeando», cuando en donde debemos stalkear es ahí en nuestro interior y dar muchos likes a todo eso maravilloso que la vida nos ha regalado.

https://youtu.be/GXdVPLj_pIk

TIPs

1. Todo lo que nos pasa tiene un propósito, aprovechen este tiempo para hacer un autoanálisis de su vida y echen afuera todo eso que no les permite vivir en plenitud, eso que no los hace felices,  que los aleja de su verdadero ser, de sus anhelos y sueños, se darán cuenta que de repente encuentran una luz en medio de muchas sombras, esas sombras que no son más que las mentiras que nos echamos y que nos alejan del verdadero sentido de nuestro existir.

2. Hagan un día de detox, pongan el celular en silencio y simplemente desconéctate. «Disconnect to connect», «desconéctate para que te conectes».

Comments

  1. Nos preocupamos tanto por impresionar a los demás, que olvidamos que somos impresionantes cuando somos fieles a lo que no se ve, pero se siente bien.

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